Desde aromas cítricos de limón, lima o naranja para aportar una sensación extra de frescura y limpieza, hasta impregnar el aire con deliciosas fragancias como el tomillo, romero, café,
vainilla, pera y manzana, todo es válido.
El truco es encontrar un aroma que esté basado en los alimentos y evitar las notas florales para convivir con el olor y el sabor del alimento.
Para la cocina, si elegimos aromas, es importante no causar 'ruido' ni tapar
los olores cotidianos. Es necesario algo sutil y, preferiblemente relacionado con los alimentos.
Algunos expertos han comenzado a incorporar una nueva Familia Olfativa muy en alza y
preciada en las culturas con una gastronomía arraigada; LA FAMILIA OLFATIVA
GOURMAND.
Estos aromas se caracterizan por sus aromas cálidos y dulces, incluso «comestibles»,
que suelen ir acompañados por matices especiados. Sus fórmulas incluyen notas
como la vainilla y el haba tonka, así como componentes moleculares diseñados
para representar los sabores de distintos alimentos.
Por su carácter dulzón y cálido suelen ser perfumes muy utilizados en las estaciones frías del año.
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